Formacion de la banda

Amy Lynn Lee Hartzler es una mezzosoprano lírica nacida el (13 de diciembre de 1981, Parkview Hospital, Riverside, California, Estados Unidos). Conocida por ser la cantante de la banda de Rock alternativo Evanescence. Fundó el grupo con Ben Moody cuando se conocieron en un campamento. Ambos se conocieron mientras Amy tocaba la canción de Meat Loaf "I Would Do Anything for Love" al piano, donde la chispa musical saltó entre ambos. Después del campamento decidieron formar un grupo, así, este suceso marcó el principio de Evanescence.

viernes, 21 de diciembre de 2007

La pasión según Amy Lee

"Esto es un equilibrio entre arte y negocio", le confiesa al SI! la chica que, a los 22 años, no sólo se convirtió en la nueva estrella gótica sino que vendió más de cinco millones de discos y es el último ícono femenino del pop."





La primera pregunta que escucha Amy Lee es sobre sus mayores influencias musicales y ella piensa (pero no dice "Judas Priest" ni tampoco arriesga "Christian Death") y al final contesta: "Danny Elfman". Y suena lógico que la cantante del sensible y gótico Evanescence elija al compositor musical de las películas de Tim Burton. ¿O no parece Amy una versión MTV de Sally, la muñeca descosida de "El extraño mundo de Jack"?

Ella atiende al Sí! por teléfono en medio de una gira que el martes la llevó a Chicago. "Nos gustaría llegar hasta Buenos Aires... ¡pero primero tenemos que descansar!", dice en un inglés rapidísimo porque español ni intenta: estudió en su escuela de Little Rock, pero no se acuerda nada.

A los 22, Amy es la cantante y compositora de Evanescence, definida como la "cruza de Linkin Park con Tori Amos" y nuevo ícono de la subcultura "gótica americana", integrada por Trent Reznor, el mito boscoso de Blair Witch y películas como "La leyenda del jinete sin cabeza".

Pero más allá de lo estrictamente musical, Amy se convirtió en el emblema de un sentir femenino y adolescente anti-Britney: ese desubique entre épico y nostálgico que se expresa en el look de las mejillas pálidas y los corazones clavados con alfileres.

—¿Sos un producto de auto-diseño?

—Claro, soy mi propia diseñadora. Todo lo que ven de mí es parte de mi arte: escribo música, canto, pinto y diseño mi ropa. Y los fans siguen eso.

Muñecas vendadas y saltos al vacío son las puestas en escena que Amy repite para sus apariciones: si en "My Inmortal" se muestra echada y etérea, envuelta en velos blancos (¿está muerta?), en "Bring me to Life" directamente se tira por la ventana en camisón. ¿Sueños suicidas?

—¿Tuviste fantasías o experiencias oníricas con respecto al suicidio?

—¡No canto sobre suicidio! "Bring me to Life" está abierta a cualquier interpretación, pero nunca pensé en matarme. ¿Te referís al video? Es sobre una "dulce caminata". Yo no sé qué hacer y me caigo accidentalmente pero no me suicido. Es sobre los conflictos psicológicos que azotan tu vida.

—¿Cuál es tu relación con la muerte?

—Creo que nada va a pasar si uno no hace algo para que eso pase...

Voluntad de autodeterminación para aquella que, de chica, tenía un juego preferido (caerse delante de su mamá y simular que estaba muerta) y, de grande, escribió "My inmortal", un himno de extraña melancolía que reza: "Estoy tan cansada de estar acá/ acechada por todos mis miedos infantiles". Pero Amy, intrigada por los misterios del más allá, ahora dice que quiere transmitir un mensaje de autoayuda:

—¡Hay que levantarse y hacer las cosas por uno mismo! Así llegué hasta acá: trabajé para que mis sueños se hicieran realidad.

—¿Sos religiosa?

—Me considero espiritual, no religiosa. Aunque sí soy una persona cristiana.

—Pero, ¿creés en Dios?

—Sí, pero es un tema personal y no quiero hablar. Dios no tiene nada que ver con mi trabajo.

Aunque haya escrito el disco ("Fallen") que tuvo el debut más exitoso de la historia en el ranking Billboard y haya ganado dos premios Grammy y lidere las ventas en la Argentina con 62 mil copias (y haya triunfado como "Revelación" en la Escuesta 03 del Sí!), Amy siempre es coherente con un discurso que la hermana con otras de su generación: la dialéctica del loser.

En canciones y entrevistas, ella habla de soledad, abandono, traición... "Lo más difícil es cuando tratan de aprovecharse de mí", se lamenta. "Hace poco, alguien que era mi amigo se robó unos videos con grabaciones de una gira. Y me defraudó". Amy también se queja de la incomprensión familiar: "Ellos pensaban que como artista no tenía futuro. Es muy raro vivir así: le ponían mucha atención a mi escuela... y no veían bien los esfuerzos que hacía para mi música.

—¿Y ahora?

—¡Están muy orgullosos desde que gano plata!

Después dirá: "Esto es un equilibrio entre negocio y arte". Mientras la música negra copa la escena americana, Evanescence se distingue por hablar de los temas que desvelan al joven WASP (el blanco anglosajón protestante): desde los conflictos por el dinero hasta los dilemas existenciales.

Y todo expresado en canciones de melancólico lirismo. "Después de los Grammy, no quería ir a ninguna fiesta porque no encajo ahí: quería ir a ver 'El gran pez'", aclara Amy, quien sí encaja en la definición que escribió Tim Burton de la Chica Vudú, una de sus oscuras e iluminadas criaturas: "Su piel es de tela blanca/ un remiendo de recortes/ y en su corazón se ensartan/ alfileres de colores/ Por ojos, un par de discos/ rayados en espiral/ que emplea en hipnotizar..."


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La imagen

Amy Lee ha adquirido un estilo que muchas personas podrían definir gótico, marcado por su ocasional uso de maquillaje definido por una línea de ojos negra, cara blanquísima y labios rojos y una forma de vestir que consiste básicamente en vestimentas estilo victoriano. Su estética es claramente gótica, lo que le da una imagen algo siniestra.

Es conocida por diseñar su propia ropa, e incluso a veces ella misma la cose. Por ejemplo el vestido que lleva en el video Going Under lo diseñó ella misma. En sus conciertos tiende a usar un corsé y solía lucir un destacado piercing en su ceja izquierda, el cual se ve claramente en la carátula de su álbum debut Fallen y que no se le ha visto desde el lanzamiento de su último disco The Open Door.

Actualmente su imagen carece de oscuridad pareciendo ser más alegre; con colores más vivos e intensos porque con el lanzamiento de su nuevo disco Amy ha tenido que cambiar, en parte, su estilo de vestimenta, incluyendo los colores morado, azul, blanco, rojo e incluso un poco de rosa en su clásico estilo de color negro.